12 de enero de 2015

Nous sommes Cuba

La misma actitud hacia la libertad de prensa que causa el incidente de Charlie Hebdo subyace los arrestos que suprimieron el "performance" de la Bruguera.

Cuba es insularidad.  El exilio y la disidencia -encerrados en su tragedia- no lanzan puentes a otras víctimas de encarcelamiento injusto, tiranía, censura o violación de los derechos humanos. Tanto la disidencia cubana que cada vez se hace más fragmentada (veremos neohelegianos, camagüeyanos-derrideanos) y los exiliados (el PPeista Montaner, el grave Ramón Saúl, la pintora Ninoska y la Fundación) desconocen el itinerario que emancipara a la comunidad afroamericana. Su narcisismo les privó de un aliado que otorgaron a un tirano racista.  




El 7 de enero, Francia y Occidente se sacudieron cuando un grupo de yihadistas afiliados a Al Qaeda penetraron en el semanario Charlie Hebdo y balearon a doce personas. Emblema de la libertad de prensa, la publicación había sido objeto de múltiples amenazas por organizaciones integristas musulmanas. Ya el 8 de enero el eslogan “Je suis Charlie” se manejaba internacionalmente a partir de la imagen que Joaquín Rancin creara en la red Twitter. En las manifestaciones en Bruselas, Estrasburgo, Toulouse y hasta Miami Beach todos se solidarizaban con los principios de libertad de expresión. Lamentaban el homicidio y se afirmaban los principios de una sociedad pluralista y de derechos.


Bajo el título “Yo también exijo” la artista Tania Bruguera planteó un performance para el 30 de diciembre donde cada participante manifestara una exigencia dentro del espacio de un minuto. Por las redes sociales se invitaba a todos a someter textos breves. Tras una negativa de Centro Nacional de Artes Plásticas, el Centro Wifredo Lam, comenzaron las amenazas personales asimismo publicándose un manifiesto de la UNEAC. El gobierno de Raúl Castro ya había abierto relaciones diplomáticas con Estados Unidos, arrestó a Reinaldo Escobar, editor del periódico 14ymedio, Víctor Ariel González, Boris González Arenas, Pablo Pascual Méndez, Antonio Rodiles, el pintor Luis Trápaga y el disidente de UNPACU/SOMOS+ Eliécer Ávila. La “performance artist” quedó arrestada en la comisaría de la Avenida de Acosta encarando acusaciones de “resistencia y desorden público”. Tras días de “conversaciones”, la comunidad artística y periodística escribió una carta a Raúl Castro. Por el momento ya se encuentra en libertad.


Diferencia no hay mucha en la censura. Una dio al traste con el performance de la Bruguera y la otra con barbarie aniquiló a seres humanos en París y dinamitó al Hamburger Morgenpost. Padeciendo del mismo mal ni en Cuba (salvo un recuadro en 14ymedio) ni en el exilio se escucharon pronunciamientos de alianza con los principios que llevaron a millones de personas a las calles de París. Nos arrebatan los derechos pero el drama cubano, ése, es único. Nonpareil. Nous sommes Cuba.

¿Dónde están los cubanos?






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