9 de diciembre de 2010

Art Basel 2010

Art Basel 2010

Versión corregida y aumentada telefónicamente de una entrevista realizada por Joaquín Estrada Montalván para el blog "Gaspar El Lugareño".

René Magritte, Las gracias naturales, 1948 en Landau Fine Art, Art Basel



Joaquín Estrada-Montalván: ¿Qué es Art Basel en la actualidad?



Justo J. Sánchez: Para muchos el acontecimiento playero, a su corta edad, es un evento de rigor en el calendario de coleccionistas, directores de museos y cognoscenti. El comité de selección otorga su nihil obstat a un promedio de 250 galerías que muestran obras de maestros modernistas hasta los más descabellados caprichos disfrazados de arte. Ojo, esta plaza adolece de "estrellafilia". Dar la mano en saludo a Calvin Klein le convierte en “mi amigo Calvin”. El salón VIP es la prioridad de los pseudocoleccionistas y trepadores, afanosos de compartir el espacio con las luminarias de Hollywood. La fauna local se despedaza por una invitación a la noche de inauguración.  Los verdaderos compradores llegaron en sus NetJets la noche antes, hicieron su paseo y compras al mediodía. A las cinco de la tarde habían puesto pies en polvorosa.

     La semana del arte en Miami comenzó con los suizos. Años después se les sumó Art Miami al desplazarse cronológicamente.  En la actualidad  los satélites fluctúan entre 8 a 12. Como plagas de insectos, los mitómanos y “fashionistas” (obsesionados con la moda) buscan reinventarse en las playas de Miami y, obviando el arte, viven una orgía de fiesta en fiesta.


JEM: Que hizo distinguirse Art Basel 2010 de las ediciones anteriores?


JJS: Cierta selectividad, práctica que bien pudieran mantener y ampliar. Hay puntos de vista encontrados. Creen algunos que el número reducido de galerías participantes se debe a la situación económica mundial. Se piensa que los organizadores recibieron un número menor de solicitudes. Para otros, el comité quiso imponer criterios rigurosos. Aún así, muchos de los marchantes de presencia habitual y proyección prestigiosa no llegaron este año a Miami Beach.
    
     Los suizos han reaccionado con lentitud al hecho incontestable que la clientela importante, durante mares turbulentos, se refugia en los maestros del modernismo.  La plástica de la actualidad –como se ha visto claramente en los resultados de las subastas y en el número de galerías clausuradas en SoHo y Chelsea- es la primera en verse afectada por los movimientos cíclicos en la economía. Le han “comprado la papeleta” a los Rubell, Robbins, De la Cruz, Margulies y los fideicomisarios del MAM pensando que su cuadrilla mantendría planes de adquisición a niveles pre-recesión.  A nivel mundial, el aparato galerista/coleccionista/comisario-comprado/crítico-comprado/promotor/relaciones públicas es muy poderoso para rendirse ante la baja de precios experimentada en el incierto sector contemporáneo. Como las cifras de ventas combinan el aporte millonario por ventas de maestros así como los miles en el renglón de la bazofia, no podemos separar con exactitud la contribución de cada período al total que aparece en los partes de prensa. Recordemos que las sumas de ventas que se dan a conocer son aproximaciones y materia de mercadeo. Es de suponer (¿hipótesis?) de la existencia de transacciones extra muros, otras que no se informan al fisco y, me imagino, que algunas que se realizan en efectivo. Todo esto se denomina “mercado sombra” que no se contabiliza porque permanece en la penumbra del secreto.


JEM: Si pudieras organizar Art Basel 2011 ¿qué mantendrías de la misma manera, que desecharías, que elementos nuevos crees necesarios?


JJS: Mantendría el mismo nivel de organización. La feria funciona como un reloj suizo. Tendría el domingo (el último día) un precio especial de $3.00 para estudiantes. En una ciudad tan carente de arte, Art Basel-Miami Beach funciona como el museo que no tenemos y se renueva cada año. Art Basel-Miami Beach y Art Miami son visitas muy necesarias. Organizaría un número mayor de conferencias para jóvenes universitarios y alumnos de arte con obras prestadas de la feria. El comité de selección mantendría un balance entre los maestros del modernismo, el “Pop” con sus tendencias coetáneas y la contemporaneidad. Tendría una diversidad entre los marchantes de Nueva York, Londres, Berlín, París (poco representada), Roma (poco representada), Milán, Madrid, Barcelona, Ciudad México y Buenos Aires. Desecharía muchas de las fiestas para fashionistas y autoengendros así como las giras a museos particulares, colecciones o casas, actividades que se llevan a cabo para legitimar y aupar las selecciones artísticas y perfiles de personajillos. El estatus, prensa y redes de conexiones que adquieren con sus desayunos de café impotable y “bagels” serían incosteables aún bajo contrato con las mejores empresas de relaciones públicas. En Europa este nexo de particulares con una feria de arte sería impensable. En Nueva York, por ejemplo, no logro imaginarme a Annette de la Renta, a los Santo Domingo, a los Petrie ni a la Wrightsman dejando entrar a miles de extraños a sus casas o a hangares para recibir felicitaciones por sus colecciones.

JEM: ¿Cuál consideras es el artista, la escuela, el grupo, la región geográfica que estaría marcando el paso en el arte contemporáneo?


JJS: Nada, nada de eso. Si algo distingue la plástica contemporánea es su diversidad y su pluralismo idiomático. Se puede hablar de ciertas tendencias pero no de escuelas. A través de la red, las ferias, la facilidad de transporte, las reuniones, el comercio y la economía global ya las fronteras son reliquias del pasado.


JEM: Teniendo como referencia lo expuesto en Art Basel 2010 ¿podría hablarse de un agotamiento estético, temático, técnico en el arte de hoy?


Salustiano en la Leonard Ruethmueller de Basilea en Art Miami


JJS: ¿Agotamiento? Ninguno. No troquemos a los impostores y expertos en mercadeo con los artistas. Toma el caso del austríaco Gottfried Elnwein que se vio en Art Miami y produce con sutileza, poesía y seriedad inefables. ¿Qué podemos menos que quedarnos en éxtasis ante el sevillano Salustiano también en Art Miami cuyas pinturas ya figuran en el Guggenheim? ¿Qué me dices del argentino Pablo Bronstein radicado en Londres? Ya ha tenido una monográfica en el Metropolitan y su opus fue expuesto en Art Basel. Si estudias los laberintos de Jean François Rauzier, te arrebatan su virtuosismo e imaginación. En el sur de la Florida, por supuesto, se desconoce la obra del cubanoamericano Jorge Pardo (escultor y artista de instalaciones), que mostró en varias galerías de Art Basel y fue premiado este año con la beca MacArthur.



Jean François Rauzier, Versailles Opéra en Waterhouse & Dodd, Londres, Art Miami


 
JEM: ¿Podría considerarse a Miami, con al menos cuatro circuitos de galerías, una plaza importante de las artes plásticas? ¿Cuáles serían sus principales valores y cuales sus carencias fundamentales?

JJS: Vamos a hablar claramente. Mencionemos, a mi ver, de sur a norte las pocas galerías de arte: Durban Segnini, Tresart, Cernuda y Virginia Miller en Coral Gables. En la Calle Ocho tenemos a Latin Art Core/Maxoly. En Wynwood se puede visitar a Borlenghi con su Pan American Art Projects, un personaje napoleónico cuyo nombre rehúso mencionar y los chicos de Dot Fiftyone que hacen un gran esfuerzo con una variedad de artistas nacientes en su roster. ¿Apenas ocho galerías? Te insto a preguntar a aquellos marchantes que venden obras costosas: César Segnini, Peter Juvelis, Ramón Cernuda, Roberto Borlenghi. Te dirían que depender de Miami para este segmento de su inventario sería comercialmente suicida. Que quede claro: es ésta una ciudad pobre donde no existen recursos para comprar arte importante y dispendioso. CBS News en su legendario programa “Sixty Minutes” citó a un observador que bautizaba el sur de la Florida “repo heaven” (el paraíso de lo reposeído). Con el colapso del mercado de bienes raíces, la otra fuente de lucro que se conoce gracias a las noticias es el fraude al Medicare. Te invito a leer los partes de prensa que publica la fiscalía federal semanalmente.

     El sur de la Florida tiene una academia de arte de primer orden: la New World School of the Arts. Carece, sin embargo, de un público con receptividad y criterio crítico para ser exigente. Mientras exista la posibilidad de hors d’oeuvres, champán, vino y fotógrafos para las crónicas sociales, los “jinetes del bocadito” aseguran el discernimiento y maestría de lo que sea cuelgue en las paredes. La crónica social y la alabanza a los coleccionistas han sustituido a la observación y la ensayística seria. Ni Art Miami ni Art Basel pueden contar con publicaciones rigurosas en esta región.



     The Miami Herald no cuenta ya con crítica de arte. Fabiola Santiago a cargo del departamento, es novelista. Sí, novelista. Los suplementos en El Nuevo Herald los dirige la poetisa, dibujante, periodista, factótum, Premio Sancho Panza, Gloria Leal.  ¿Es mucho pedir a un periódico de provincia el tipo de reseña y comentario que se lee en “Babelia” o Le Monde? Todo lo que El Nuevo publica es epifanía, comentarios sobre obras geniales, o por otra parte, Lezama, Lezama, Lezama, la vanguardia cubana y el Grupo Orígenes. Mientras tanto la podredumbre y falta de visión del mundo artístico llega a las páginas de la prensa internacional, incluso a la pluma de Jason Kauffman, poderoso crítico del Art Newspaper. El Nuevo Herald faltando a su compromiso periodístico se hace eco sólo del aplauso colectivo.


Tiremos un vistazo a las revistas de verdad: Apollo, Burlington, Beaux Arts, Conaissance des arts. Ausente de las publicaciones del Primer Mundo la correlación entre anunciantes y material editorial que penosamente vive en Art Nexus y Arte al Día. “Las revistas tienen que vivir” me espetó una redactora a destajo que escribe en El Nuevo Herald y en otras publicaciones tercermundistas. Su nivel de delirio la hizo negar su identidad como periodista o redactora y alegó ser crítico de arte a nivel Roland Barthes.


Revistas de arte del Primer Mundo


JEM: ¿Como evaluarías el arte cubano actual? ¿Se ha quedado anclado en las propuestas del "boom" de la segunda mitad de la década de los ochenta o ha logrado renovarse en los tiempos más recientes?


JJS: En la plástica cubana existe un grupo que, efectivamente, se denomina los “ochentosos”. Salieron y fueron muchos partícipes de Volumen I. Otros fueron compañeros o sus herederos en el ISA y ENA. Muchos pasaron por el establo NinArt. Por supuesto, si te pones a mirar en la actualidad los artistas de Acacia o de la galería Habana te darás cuenta que hay un grupo de jóvenes como Ernesto Estévez (genial paisajista), Ruben Alpízar, Agustín Bejarano, Jorge López Pardo, la última etapa de Gabriel Sánchez Toledo y el recién exiliado Raciel Gómez que crean con pasión e inteligencia. En Estados Unidos, Carlos Estévez y Glexis Novoa son jóvenes que asumen papeles protagónicos dentro del quehacer artístico. Miami los reúne pero después, por su bien, se fugan a buscar nuevos horizontes.


JEM: ¿Qué vaticinas para el año próximo?


JJS: Eso es labor de economistas. Se espera el caos en el segmento comercial de los bienes raíces. Es cuestión de unos meses. Si la situación es severa que pueda causar una recesión por caída doble, estaremos en presencia de un Art Basel reducido. Si el comité de selección se hace más realista a las condiciones del mercado, tendremos una participación marcada de aquellos marchantes que ofrezcan un tipo de obra muy especial: maestros del modernismo en el marco de seis cifras a un máximo de uno a tres millones. El comprador de un Modigliani, un Giacometti o un Picasso importante no viene a una feria en Miami Beach. La estrategia de precio será muy importante en términos de nombre/pintor/”marca” con el precio de la mercancía/pintura.

     En el sector latinoamericano, el interesado que dispone de recursos ha dejado su huella en Art Basel y Art Miami.  Es indudablemente una población más acaudalada que la que frecuenta ArteAmérica. Art Basel cuenta con Marlborough, Mary-Anne Martin y Cernuda Arte como barómetros de actividad para ese comprador que encuentra la obra ausente de las subastas neoyorquinas y tiene aquí la posibilidad de negociar precios directamente. En Art Miami, León Tovar y Durban-Segnini apelan a esa selecta clientela.



Tres obras de maestros latinoamericanos: Matta, Condenad lo imposible, 1947, Tovar NY;  Claudio Bravo, Calabazas, 2008, Marlborough, NY;  Amelia Peláez, Interior con columnas, 1947, Cernuda CG   

JEM: ¿Qué te llevas de esta semana? 



JJS: Me llevo, más que un análisis económico o de mercado, el encuentro y la comunicación que se efectúa cuando hay honestidad y fundamento en la expresión visual. Caminaba en Art Miami cuando una estela funeraria de la isla de Sumba, Indonesia, (siglo XVIII) me hizo el efecto de un Brancusi. Fue un tropezón con la sabiduría. Verdadero memento mori, no ostentaba tristeza, morbosidad ni recordatorio de culpabilidad. Me detuve en Art Basel ante un Giacometti, Busto de Diego II del 1965. En esa obra buscaba un acercamiento al método de trabajo del suizo. Desde ángulos ventajosos estudiaba el retrato sicológico que logra del sujeto. Uno va atesorando imágenes, impresiones como recuerdos de cuando recién se conoce a una persona.
     
     Si pides a la mayoría su recuerdo de esta semana, te aseguro que citan el Lam vendido en cifra millonaria. Para mí es compleja la pregunta. Esta fue la feria de Giorgio de Chirico. Veo con nitidez cuando colgaron Il Trovatore en el espacio privilegiado de Landau. Aunque obra aparentemente del 1955, el pintor que ya residía en Roma con su segunda esposa. Regresaba a la iluminación, uso de la arquitectura y sombras que fueron vocabulario de la “Escuela Metafísica” y le convertirían en el padre del Surrealismo. De Chirico logra un efecto inquietante, un enigma: un misterio que todos hemos experimentado.
        
    
     El otro recuerdo –y de aprender se trata- lo que me enseñó una coleccionista y figura filantrópica tejana sobre una pintora de Europa del Este quien llegara a México en la época de Leonora Carrington. El grupo que invitara una querida amiga (cuyo nombre me reservo por su característica y elegante modestia) eran muchos fideicomisarios de un importante museo y varios coleccionistas europeos. Fue el tipo de fiesta donde uno se divierte pero sale con notas en los bolsillos.


Estela funeraria, Sumba, Indonesia, siglo XVIII, Douglas Dawson Gallery, Chicago

Joaquín Estrada Montalván, quien realizara la entrevista, es bloguero editor de "Gaspar el Lugareño". Estudió en University of Notre Dame.

26 de octubre de 2010

De Cristina de Pisán a Belkis Cosa Mala

De Cristina de Pisán a Belkis Cosa Mala
Belkis,  Mari Rodríguez Ichaso y Gladys Rodríguez-Dod

 
De ellas escribiría Feliciano de Silva, favorito del Quijote: “la razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura.” Por supuesto que no todas han de seguir a la Avellaneda, ni en tiempos recientes, a Dulce María Loynaz ni a María Elena Cruz Varela. No se les pide ser figuras intrépidas como Lydia Cabrera. La sinrazón de su aventura en el mundo periodístico y de las belles lettres, la ficción que rodea a algunas de ellas, hace enflaquecer las entendederas a l@s que buscamos estudiar la labor de la mujer en los empeños artísticos.

Poeta, filósofo, cineasta, pintor, cada uno esboza una interrogante que lleva a una meditación, una nueva composición retórica que aporta vitalidad al debate. La apertura al estímulo que provoca la faena creativa se cierra al encerrarse el autor en un proyecto de auto-apología, para crear las condiciones de su propia apoteosis.

Varias mecanógrafas cubanoamericanas –con todo el respeto que estas damas merecen de un caballero- ejercen esta práctica autorreferente y cursilona.


Belkis Cosa Mala, viuda del poeta Heberto Padilla, se comunica con sus acólitos a través de los medios sociales y un blog donde con orgullo hace despliegue de su anti-arte, sus pinturas de domingo. Desde una foto de Lezama con Arenas hasta un recién descubierto poema de Padilla que describe la métrica de la inflada enlutada. No encuentro un comentario donde su figura no apabulle el espacio disponible. Dejémosla hablar:


"Belkis, nombre de la Reina de Saba, la famosa Sulamita, soberana de un país que algunos dicen era Etiopía, otros Persia, inspiró El Cantar de los Cantares, libro bíblico escrito por Salomón con un lenguaje poético amoroso que todavía no ha sido superado. La visita de esta mujer de extraordinaria belleza al soberano israelí dejó huellas imborrables en el hijo del Rey David. Incluso se dice que de ese amor descendieron muchos futuros israelitas… Con la globalización y el auge del internet, he tenido una experiencia única: me acosan los mensajes de árabes, especialmente turcos, que creen que soy una más de ellos. Pero soy feliz llamándome Belkis, me da mucha satisfacción saber que Jesucristo la menciona en los Evangelios. Y de esa amalgama de culturas y memorias, mi nuevo libro de poemas, en el que llevo años trabajando, se titula Los Salmos de la Reina de Saba.”


Aún más: “Mi amigo, el poeta banense René Abella, acaba de abrir un nuevo blog, El Caso Padilla en las letras cubanas, y allí irá colocando todo lo relacionado con el tema que haya sido publicado hasta el momento. También para inaugurarlo, René ha publicado dos poemas míos de mi libro inédito Los poemas de la mujer de Lot.” Por supuesto, los poemas de la viuda, mucho tienen que ver con el “caso Padilla.”

No podemos menos que admirar la plástica de Belkis:


Le fleur de mars que por horrenda se llamaría Le fleur du mal. Nótese que el punto focal de la pintura es el autógrafo “Belkis”.









19 de agosto de 2010

Arte y crítica en manos de los Farabutti

“Pero si el Emperador va desnudo”.  Dos charlatanes, Guido y Luigi Farabutto, alegaron poder fabricar la tela más suave y delicada imaginable. Esta prenda, añadieron, tenía la virtud de ser invisible a los estúpidos o incapaces para su cargo. En Miami el arte y el periodismo crítico parecen obra de los Farabutti.

Arte y crítica en manos de los Farabutti


Justo J. Sánchez

Su existencia y quehacer son una contradicción. Subsisten de aquellos con los que ha de establecerse una relación crítica, imparcial y desapasionada. Art Nexus, Arte al DíaArtes (Artes en Santo Domingo) y otras perciben sus ingresos de las propias galerías, ferias y museos editorialmente reseñables. Los coleccionistas perfilados (Adriana Herrera se ha dedicado a esta faena) representan redes de contactos posiblemente lucrativas. Las ferias que invitan a estas publicaciones son ocasiones de captar clientela, extender tejidos institucionales y aumentar las subscripciones. En este marco no se vislumbra un periodismo profundo, polémico, que analice las dimensiones institucionales y pueda desmitificar. La maquinaria establecida cierra el paso a la independencia de posiciones contestatarias.

Los periódicos como El Nuevo Día, El Nuevo Herald, Miami New Times y The Miami Herald se suscriben a la premisa que toda manifestación de arte contemporáneo, sus marchantes y curadores son objetos de loa. Cualquier exhibición dentro de un museo es por antonomasia revelación y epifanía. Todo cae bajo el epígrafe de ayuda a la comunidad y labor pedagógica. La frágil posición de los periódicos depende mucho de su percepción y proyección comunitaria. Un contenido editorial que pueda considerarse como ataque a las manifestaciones artísticas puede tener repercusiones tanto en circulación como en lealtad a la “marca” así como en retención de anunciantes.


Muchas selecciones institucionales son una mera excusa para aumentar el valor de las colecciones pertenecientes a los fideicomisarios y carecen de pertinencia o congruencia para la colectividad y los contribuyentes. Las operaciones en los museos jamás se someten a investigación (nótense mis esfuerzos en desenmascarar los conflictos de interés en el Bass, la falsa princesa imperial del Vietnam, la ex directora Diane Camber y la corrupción en la ciudad de Miami Beach). Los conflictos de interés dentro de los propios periódicos jamás se someten a serios escrutinios (nótese la falta de liderazgo de Manny García que despidió a algunos escritores de El Nuevo para luego acatar los designios de Gloria Leal, galardonada periodista Premio Sancho Panza del Restaurant Diego).


Como falta quien diga “Keiserens Nye Klæder” (“Pero si el Emperador va desnudo”) del cuento de Andersen y "los críticos son los Farabutti", me alegré ver que el amigo Alfredo Triff publicara lo que sigue:


Miami's non-existent critical discourse

Alfredo Triff / MIAMI BOURBAKI

Let’s go straight to it. We don’t really talk about art anymore. What we do is chat and nod and casually interject on worn down themes. We echo the words of art magazines, the blurbs written by curators. We feel comfortable.

Critical discourse means taking things apart, discussing with passion, avoiding complacency. Always looking with new eyes, with fresh minds. This is not to say that the writing has to resemble an academic treatise, a conservative harangue or a philosophical essay. What I’m talking about is a voice that is not afraid to call a spade a spade. A writing that elaborates some kind of defensible scheme, whose style is consistent, reliable, complex, a bit adversarial and why not, entertaining. I’m defending the kind of criticism that aims at quality and avoids self-indulgence and mannerism. Criticism as reflection of judgments, not as parading of judgments.

Unfortunately, this kind of criticism is gone. What Miami writers (let’s bracket the term “critic” for the time being) produce today is art advocacy plain and simple. They have become the media mouthpiece for the gallery and the museum system. Art-writing for the art market.*

What happened? The demise of the printed media has something to do with it. One could argue that sometime during the early 2000’s Miami had a variety of choices: The New Times, The Miami Herald, El Nuevo Herald, Street and The Sun Post, all competing for attention. They provided different points of view (and we thought it needed to be improved!). Today only the first three in the list above do some kind of art covering. To make things worse, they converge ideologically.

I present some examples, taken from recent art reviews (my purple ink interjects to point to the obvious). The first two by Carlos Suarez de Jesus. The style here is to declare and embroider with a “groovy” sleight-of-hand:

Arguably the highlight of the slow summer art season and one of the most anticipated events of the year, the freewheeling show features a zany half-hour-long video collaboration featuring a Cecil B. DeMille cast of coconspirators.--“Dadarhea, the absurdist funstravaganza opening at O.H.W.O.W.” New Times, (August 12).

Or this one:

The provocative show ploughs the fertile furrows of macho/male positioning in contemporary culture from sweeping perspectives, shifting seamlessly from macho-man swagger to female and childhood notions of manliness and the complex relationships between young boys and girls. – “Three art shows in Wynwood probe manliness, devastation and the passage of time”.—(Idem, August 8).

This sample is by Tom Austin:

In the end, the Lowe exhibition proves that artists don't care for politicians and, for the most part, find the world a crummy place, a sensibility that crosses all strains of humanity. This show is a wonderful opportunity --for a change-- to see angry art that's about changing the world, as opposed to all the narcissistic nonsense of contemporary art, the navel-gazing that changes nothing. “ArtLab at the Lowe examines centuries of revolts and bad behavior”, The Miami Herald, (August 8).

Our digital media is not far behind. Observe how the writer apologizes for her words and proceeds to beg the question on her own declaration:

This is by no means a criticism of Miami artists nor of the exhibition. It’s a good show, plain and simple. I challenge anyone to argue differently (and if that naysayer is you, by all means, leave a comment). It’s no easy task to sum up the production of a city in just a few rooms.—Art Lurker, (August 2).

Sadly, El Nuevo is not that different.**

Why is the writing so vapid? The writers feel they have a mission to educate, which brings me to the next point. The alleged decline of reading, which art writers whine so much about, has nothing to do with the so-called dumbing down of America. There is nothing more condescending than to assume people cannot understand, which -conveniently- puts the enlightened writer on the moral obligation to dilute the information for them. It all reflects the ignorance -and hypocrisy- of today’s editors,*** whom flatly reject the idea that the dumbing starts with their presumption that the public is dumb. They live in blind, pathetic denial: On the one hand, they don’t feel it’s their fault that people don’t read, on the other hand, they bathe in this glow of being America’s educators.

Why not assuming that people don’t read because they are tired of feeling stupid?

Miami’s printed media doesn’t do criticism --if by criticism one means a serious engagement with the work that avoids political conflict of interests, enthusiasm and bias. Let me explain. There are two modalities of what I see as plain art advocacy in this town:

1. “Augmenting” the event, conceptually framing it with the purpose of “selling” a show. Think of the typical 200-word-blurb of today’s gallery-circuit ads magnified now into 800 words. The writer doesn’t bother to present the reader some sort of ideological stand-point reference from which to evaluate. Generally, the writing feels like dictum clothed in ad-parlance or cool, groovy, sophomoric description --depending your take. In any case, the “selling” takes the form of obvious partisanship (only rarely it looks as nuanced-defense).

2. Art advocacy: This out-and-out positive approach falsely presumes that since the writer is entitled to engage only what he/she likes, he/she can go all the way in his/her defense of such-and-such artist or art work, and yet come out as “honest” and “truthful”. The writer justifies his/her bad faith with the dubious claim that not writing about something transparently shows a normative choice. In other words: If I don’t write about it is because I don’t like it (or don’t care about it). Really? Meanwhile, the public, to whom the writer supposedly “owes full disclosure” is left in the dark as “why” this is the case.

Both forms increasingly recur to social coverage, which makes the writer and the paper look socially engaged, or the news story, which has nothing to do with art criticism. So, we “hear” the protagonists: the voice of artists, gallerists, curators, being interviewed to shed light on the context of the art. The writer becomes a medium for truthful reportage. Art becomes cultural news to be digested by the masses.

So, on the one hand we get an indulgent version of the critic’s preference, on the other hand, an amplified, distorted, cultural message.

John Heartfield, Whoever Reads Bourgeois Newspapers Becomes Blind and Deaf: Away with These Stultifying Bandages!, Photomontage, (1930).

Doesn’t Miami deserve better?
_________

* Whether inspired genius or avant-garde cynic, the artist is a cultural ambassador of capitalism. The gallery owner and curator are just bona fide facilitators between the artist and the public. The art writer takes the role of the publicist: His/her job consists in 1- creatively reporting on opening night, 2- building a richly adjectival import in order to help reflect on the event’s cultural impact, i.e, attendance, general mood and public appreciation. The more they (the public) consume (to consume is to attend), the better it looks. The writer’s job consists in embroidering an allegorical moral play, stitched with the protagonists’ voices (artist, curator, gallery owner and curious public) -as if all descended from the aesthetic heavens. **I’m not disputing these writers don’t believe what they say, or that they are hypocrites. All I’m saying is they (inadvertently at best, willingly at worse) play the game. ***You can always locate the editor’s hand in the review’s heading. The choice of words is either redundant or banal or both. Check this one: “Miami Art Museum's "New Work Miami 2010" showcases breadth and scope of local talent”. --The Miami New Times, July 22.

My answer:

At last somebody has the courage to say: "the Emperor has no clothes." Let us look at THE MIAMI HERALD. Charming as she is, a good friend, Fabiola Santiago may be a fiction writer but not an art expert. How can she be in charge of visual arts in a metropolitan daily? Her post shows the priority given the arts by the McClatchy Group. Shall we consider EL NUEVO HERALD? Gloria Leal, the Sancho-Panza Award winner journalist from Diego’s Restaurant has blindly put her trust in a local factotum: Carlos M. Luis. The local encyclopedic, Miami's answer to Diderot, is a painter, poet, does art history, lectures, curating, and even taught el Padre Alberto at the local Catholic seminary. While working for EL NUEVO HERALD, he still found time to issue certificates of authenticity for Cuban paintings. Other contributors issue "magnificats" on all sorts of contemporary conceits sold in Wynwood. Serious exhibitions in local museums have to wait until Carlos M. Luis issues first-person singular tirades about his connections with Lezama Lima and Cuban modernism or other writers exalt the virtues of newcomers in Wynwood bazaars.


The editorial policy of ART NEXUS or ARTE AL DIA is a complex mix of networking with gallery-advertisers, fairs and important collectors who support the career of upcoming artists. Behind writing assignments, one sees the work of museum directors who in turn may bring reputation and further important networks to these publications and courtesans (critics and art historians) at the service of collectors and the institutionally powerful. A careful study would reveal the connections behind each article and the economic and institutional engines behind it.


Art Basel - Miami Beach has been the legitimizing force for four protagonists who would otherwise have no credentials outside this area: the Rubells, Margulies, Robins, and the De la Cruces. Using Miami as a base, Ella Fontanalls ex-Cisneros (a Cuban briefly married to a Cisneros) positioned herself as a player in the art world. Cleverly using the international press to their credit and to advance their roster of artists, they have all found themselves international megastars. They have proceeded unchallenged by the local media.


Does Miami have a critical voice? No. The press goes from Rubell bagel breakfast to ex-Cisneros gala to De la Cruz bocadito event, a pitiable herd.

29 de julio de 2010

La triste historia de Vicky la guerrillera

Alix von Hesse quien se convertiría en la zarina Alexandra Feodorovna aprendió ruso tras su desposorio con Nicolás II. Vicky Peláez, espía, barriendo las calles de Moscú y sin aprender el idioma de Tolstoi.

La triste historia de Vicky la guerrillera

Justo J. Sánchez

VARIAS VERSIONES DE ESTA NOTA SE HAN PUBLICADO EN CUBANET.ORG, EN ATANAY.COM Y EN EL ROTATIVO NEOYORQUINO NEW YORK DE DIA. AGRADECEMOS PROFUNDAMENTE SU DIFUSION.

“Vicky la Guerrillera” es la saga veraniega que sigue los pasos a una comunista de suburbio. De Yonkers surge a la fama en la cárcel para alcanzar su apoteosis en el Kremlin. El enfoque noticioso se ajusta al modelo desarrollado por la ficción de espionaje, en guiones televisivos y cinematográficos. La pobre Peláez, tan poco agraciada y burda, nunca le llamaron “la Mata Hari peruana”, no pudo ser "chica James Bond”.

Vicky Peláez, poco agraciada y burda nunca pudo ser la "Mata Hari peruana". Retorcida por el odio pero casada con un blanco –¡y ruso!- no  consiguió superar sus lesiones.

Tras su desposorio a Nicolás II en 1895, Alix von Hesse, nieta de la reina Victoria, se apresuró a aprender ruso, faena que realizó con éxito. Es difícil que Vicky Peláez a sus sesenta años y sin futuro como zarina llegue a manejar la lengua de Tolstoi. En Nueva York tropezaba con el inglés. Es dudoso que entonara canciones patrióticas con sus nueve colegas y Vladimir Vladimirovich. No estoy seguro si “La flor de la canela” esté traducida al ruso.


El Primer Ministro de la Federación Rusa prometió a la Peláez y al grupo de espías un gran futuro. Se sabe que recibirán un estipendio y vivienda gratuita. Ya adivino el parpadeo de las luces que a lo lejos van marcando su destino: vivienda subvencionada, escondrijo “communalky”, pisos conocidos como “’hrushebi”, fríos hasta para los ratones. La pensión prometida, suficiente para comprar escasos víveres y vodka en los inmundos puestos del mercado Kroshka Kartoshka. No alcanzará para comprar en GUM ni frecuentar Nikolskaya Ulitsa. Moscú se caracteriza desde el 2005 por ser la ciudad más cara del mundo. ¿Por qué cambió el ceviche por un plato de borscht?


Venderse es parte de la trayectoria de la Peláez. La que escucha ahora canciones de la Guerra Fría y bebe vodka putinsky nunca pudo escaparse de la bipolaridad política. No era una mente para la sutileza. Resentida social de una élite excluyente en Perú llegó al país donde se le abrieron puertas de las oportunidades aún sin dominar el idioma. Retorcida por el odio pero casada con un blanco –¡y ruso!- no pudo superar sus lesiones. Vivió una vida de compensación como mecanismo de defensa.  Se aferró a los ideales de su fuente de legitimidad, su marido blanco. Para una persona sin inglés, que nunca se aventuró dentro del mundo norteamericano, que permaneció durante treinta años enconada en las márgenes de la Latinalia, las consignas de la época comunista rusa o del Tercer Mundo castrista eran suficientes para sostener su cosmos y su periodismo rojo.


Y no es que la vida de la Peláez sea un simulacro, es que se vive en la  hiperrealidad (imágenes, espectáculo, rejuego de signos). EL DIARIO y la empresa IMPREMEDIA crean un mundo de fantasía poblado por periodistas radicales como Vicky y Gerson Borrero. Ese Disneyland es un universo de entretenimiento donde no existe profundidad de análisis, sólo posturas y estratagemas tremendistas. Para distraer al público y mantener el nivel de ventas, colocan a estos seres sobreactuados, excesivos y exorbitantes a dar vueltas centrífugas y destructivas (véase al propio Jorge Ramos en UNIVISION). Los televidentes y los pocos lectores que le quedan a IMPREMEDIA esperan el espectáculo. Poco importa hacer hermenéutica del editado acontecer diario. Aquí aplica la tan gastada frase: “la fuga del desierto de lo real”.


La Peláez se vendió a las empresas que utilizaron su odio y superficialidad, su adolescente idolatría por los caudillos. Fue ficha para fines comerciales, para aumentar la circulación. Sin ser expertos en mercadeo ni clientes de McCann Erickson, IMPREMEDIA advirtió que el daño estaba hecho por tantos años de mal periodismo. Si quería sostenerse en el mercado, tendría que brindar la misma oferta pero con más sazón. Mónica Lozano y su equipo nunca consideraron la opción del cambio radical. Pasaron por alto las nuevas oleadas de inmigrantes que vienen de países donde se lee buena prensa. Se quedaron congelados en el status quo. Allí morirán.

El público, mientras la protagonista Vicky Peláez barre vestida con una babushka la Plaza Roja, se pregunta: ¿cuándo llega el próximo capítulo? ¿Buscará refugio en su Cuba idealizada haciendo periodismo en La Garrapata o en Ancianidad Rebelde? ¿Terminará con su hermana en una favela carioca, parte de una escola de samba para comunistas en tercera edad?   ¿Se descubrirá que es descendiente de un Romanov mezclado con inca?  No dejen de sintonizar "Vicky la Guerrillera".

24 de julio de 2010

Charlie: ‘bien paga’o’

Charlie Rangel, El avaro y la muerte, basado en una pintura de El Bosco. ¿En presencia de la muerte de un político avaricioso y soberbio?


Charlie: ‘bien paga’o’

Justo J. Sánchez


Na te debo,
na te pido,
vete de nuestra vera
olvídate ya
que paga’o con oro
tus carnes morenas
no maldigas paya
que estamos en paz.
Bien pagá’o,
si tú eres el bien pagá’o
porque tus besos compramos
y mi te supiste dar
por un puñao de parné,
bien pagá’o.
La bien pagá


(Ramón Perelló, Juan Mostazo -  "La bien pagá")


La directora de un grupo independiente y progresivo –Citizens for Responsibility and Ethics in Washington- pidió la renuncia del congresista Charles Rangel al darse a conocer el curso a tomar por el Comité de Ética de la Casa de Representantes. La misma tarde el egocéntrico político se enfrascó en una agria polémica con Luke Russert, corresponsal de la cadena NBC sobre lo que calificó de preguntas “tontas”. Al día siguiente el encumbrado político llamó al benjamín Russert a pedir disculpas.

Tendría todo coherencia si la conducta que el propio Rangel ya concede como errónea (olvidarse de declarar ingresos al fisco) se alegara de los republicanos residentes en la ratonera de la calle C, del republicano Senador Ensign que sobornaba a su amante y familia, de Bill Frist, del bailarín Tom DeLay o del propio partido Republicano que solventa la diversión de sus agentes en un bar de lesbianas. La hibris de Charlie será su falta trágica, su hamartia. The New York Times revela que las negociaciones que a puertas cerradas se sostuvieron entre el político y el comité de investigaciones se rompieron por  consternación hacia el “legado” y el lenguaje de las declaraciones de culpabilidad.


El demócrata neoyorquino se enfrenta a un juicio público en la Casa. Su tozudez lo mantiene desafiante ante las alegaciones de existir evidencia sustancial para declararlo culpable de esconder ingresos procedentes de una villa en la República Dominicana, de aceptar cuatro pisos de alquileres controlados en Nueva York y el uso de su influencia a beneficio de una compañía petrolera que haría donaciones al centro Charles Rangel en el City College. ¿Narcisista? ¡Una compañía petrolera! Es de suponer que el representante de Harlem sea “progre” y vele por los intereses de los pobres y las minorías, nunca de las petroleras.


Con la “machanguería” que lo caracteriza afirmó el viernes que “con el testimonio que daré en el Congreso les haré saber quién es Charlie Rangel”. Sus abogados, mientras tanto, tratan de abortar el lanzamiento público del informe preparado por el Congreso. Se afanan por buscar un acuerdo que el “guapito de barrio” puda aceptar: un regaño menor que evite censura o  recomendación de renuncia y una declaración de culpabilidad.


Charlie, “bien paga’o”, tu avaricia y soberbia te llevaron a transitar el trágico camino de la traición.


Na te debo,
na te pido,
vete de nuestra vera
olvídanos ya
que pagao con oro
tus carnes morenas
no maldigas paya
que estamos en paz.


ULTIMA NOTICIA

Informa The New York Times:
Rangel to Stand Trial Before House Panel in Ethics Case


By DAVID KOCIENIEWSKI

Published: July 29, 2010

WASHINGTON — The House ethics committee laid out 13 charges of House rules violations against Representative Charles B. Rangel on Thursday, and began the process for a rare public trial on the charges.

The move came after Mr. Rangel, a veteran congressman, failed to reach a settlement to avoid the rare and potentially embarrassing proceeding before the committee gathered at 1 p.m.

Mr. Rangel’s lawyers continued to hope they could still settle the case. The charges against Mr. Rangel, a Democrat from Harlem, include multiple breaches of the House ban on accepting gifts of more than $50 and of the requirement that members act at all times in a way that reflects creditably on the House.

The charges involve four areas: Mr. Rangel’s solicitation of contributions to a school to be named in his honor at City College of New York; his errors and omissions on his House financial disclosure forms; his acceptance of rent-stabilized apartments in Harlem, including one for his campaign office; and his failure to report and pay taxes on rental income on a beach villa he owns in the Dominican Republic.

(c) THE NEW YORK TIMES










19 de julio de 2010

Del velorio a la pachanga


Del sueño a la realidad. Cómo la farándula y las fieras de rapiña se despiden de Olga Guillot

UNA VERSION FUE PUBLICADA EN TUMIAMIBLOG.COM
AGRADECEMOS PROFUNDAMENTE A NUESTROS COLEGAS POR LA DIFUSION.

Del velorio a la pachanga

Justo J. Sánchez



Enrique Teuteló e Iván Román comparten en Facebook que Univisión alcanzó puntajes superiores a ABC, NBC, CBS y otras cadenas el jueves en la noche gracias al programa “Premios Juventud”. Desconocen la trama del sainete. Mi ojo desincorporado, observador de la realidad bananera, relata como la iglesia de San Miguel en la miamense calle Flagler se convirtió en un “casting”. Allí se empujaba la fauna: Plasencia, Asión, Los Niñiticos, Desmond, Ania Linares, todos explicando lo “afectados” que se encontraban ante el fallecimiento de Olga Guillot. Las cámaras y los periodistas seleccionaban entre los histriones. Allí también con la farándula lloriqueaba Zambrano, el ecuatoriano seudoibérico que se llama reportero y del que no hemos visto un artículo o reportaje desde la caída de Roma. La competencia por el lente hizo que se registraran desmayos, “falta de aire” y otros artificios dramáticos.  El espanto cundió entre unos respetables mexicanos –según me informa otra fuente- ante las interjecciones de “Sióooo” y “cállense la boca” durante el velatorio. El nivel de “afectación” trajo como consecuencia que muchos se afanaran en buscar abrigo y hospitalidad con los Estefan en República Dominicana.


Mientras “cuadraban” los arreglos pos Guillot, los desmayados, dolientes y llorosos no perdieron un segundo para sumarse a la “pachanga” Univisión. Guardaron los pañuelos lacrimosos, avivaron los maquillajes, tomaron un café y … al “Prix Jeunesse”,* reunión de sabandijas. Como punto de aclaración: el lastimero espectáculo de la muerte y funeral de Michael Jackson no fue muy distinto a lo ocurrido en Miami salvo que elevado a gran potencia por el mal gusto y los compromisos comerciales de los monopolios musicales y el entretenimiento. Si algo ventajoso tuvo la desaparecida “reina del bolero” fue la ausencia del roba-cámara ex Padre Alberto Cute-ie.


Y me pregunto: ¿alguien tuvo tiempo de pensar cuál es la contribución de Olga Guillot a la canción hispana? ¿A qué obedece el estilo teatral en sus interpretaciones? ¿Qué nexo tiene el “feelin’” con la balada norteamericana coetánea? ¿Es la Guillot el umbral que lleva del bolero al “feelin’”? ¿Qué importancia tiene en Olga Guillot el acompañamiento instrumental? ¿Permitía libertad de improvisación “scatting” o la estilización musical o su personalidad arrolladora no daba espacio para ello?   ¿Cuán prolongado fue el periodo difícil -de puertas cerradas- en la Cuba “republicana” a raíz del matrimonio de Olga Guillot con el socialista Ibrahim Urbino? ¿Puede considerarse a René Touzet una influencia en la trayectoria artística de la fallecida cantante?  ¿Cómo se enfoca la relación entre Olga, las D’Aida, Burke, Omara? ¿Existe alguna conexión con La Lupe?  Ya sé que hacer pensar a Mauricio Tiki-Tiki, a Plasencia y al ecuatoriano “promotor-periodista” es pedir peras al olmo. Pedir a la prensa hispana este tipo de análisis es hacerles estudiar teoría de partículas subatómicas. El exilio histórico carece de antropólogos culturales o musicólogos que puedan mirar más allá de la notable y coherente labor de la chanteuse en sus denuncias al régimen de La Habana.

Velorio de Mamá Guillot

Quemaste la madrugada
con fuego de tu guitarra:
zumo de caña en la jícara
de tu carne prieta y viva,
bajo luna muerta y blanca.
El son te salió redondo
y mulato, como un níspero.


Jinete de la cumbancha:
¿Qué vas a hacer con la noche,
si ya no podrás tomártela.


¡Ahora sí que te rompiste,
Mamá Guillot!


Sólo dos velas están
quemando un poco de sombra;
con esas dos velas sobra.
Y aún te alumbran, más que velas,
tu bata colorada
que iluminó tus canciones,
la prieta sal de tus sones
y tu cabello planchado.

¡Ahora sí que te rompiste,
Mamá Guillot!


Hoy amaneció la luna
en el patio de mi casa;
de filo cayó en la tierra
y allí se quedó clavada.
Los muchachos la cogieron
para lavarle la cara,
y yo la traje esta noche
y te la puse de almohada.

Fragmentos adaptados de “Velorio de Papá Montero” de Nicolás Guillén.

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A petición de varios lectores se incluye aquí el paraninfo escrito por Orlando González Esteva:

Olga Guillot: La ira justa

José Lezama Lima decía que “si morirnos es separarnos de todo lo nuestro, la separación de todos los nuestros es también morirse”.


Olga ha muerto, ahora si estamos en el destierro


La muerte de Olga Guillot, el abismo que acaba de abrirse entre ella y nosotros, avala la verdad de esa frase: todos, al morir ella, morimos un poco. Y quien dice “todos”, dice “todo”. Porque todo, para algunos de nosotros, es, sigue siendo, Cuba: una realidad intangible, ubicua, que nos rodea y nos colma, que nos anima y nos angustia, que da un sentido profundo e indispensable a nuestras vidas, y que las despoja de todo sentido cuando alguien o algo que identificamos con ella, con Cuba, desaparece.

Si la significación de una persona es proporcional al vacío que deja su muerte, yo no sé qué nos vamos a hacer algunos cubanos, con tanto vacío, ahora que también nos falta Olga; Olga, cuya sola presencia era capaz de consolarnos --no importa si momentáneamente-- de tanta orfandad patria. Porque en ella, en su naturaleza arrolladora, parecía conjugarse todo: la nostalgia incurable, la ira justa, y la esperanza, una esperanza que, con demasiada frecuencia ya, flaquea.


Hay quien se empeña en identificar a Cuba con un bello lagarto de tierra echado a las puertas de un golfo. Cuba para mí es --y ha sido siempre-- mucho más; demasiadas cosas más, entre ellas, el recuerdo del impacto que tuvo Olga Guillot en el adolescente que fui, la primera vez que la oí cantar en un teatro de Miami; en el teatro de un Miami muy distinto al actual: un Miami que he visto declinar y que, hoy, agoniza.


Nunca, hasta Olga Guillot, aquel adolescente nostálgico de su infancia y de su país, inadaptado hasta el tuétano, había sospechado que una mujer podía desdoblarse en huracán y, menos, aun, que cada una de las canciones que esa mujer interpretara pudiera esconder una obra de teatro. Nunca, tampoco, volvería a serme tan obvia la forma en que un artista debe incorporar un texto y al decirlo revelar que, antes de llegar a sus labios, ese texto ha viajado por su sangre, ha respirado con él y ha rebotado varias veces en el tazón de su cráneo. La bóveda del cráneo de Olga Guillot debe de estar llena de letras impresas, o, mejor aun, grabadas en el hueso, con la uña implacable de su vocación. A diferencia de otros cantantes anteriores a ella y contemporáneos suyos, el instrumento de trabajo de Olga Guillot no era sólo su voz sino la totalidad de su persona: un instrumento vivo al que cantar por cantar le quedó siempre chiquito.


Qué extraordinaria facultad la de esta mujer para apoderarse de una canción –una vez que esa canción se había apoderado de ella—y, entre ambas, mujer y canción, canción y mujer, en una especie de forcejeo amoroso, cuerpo a cuerpo, sacarle chispas hasta al silencio. Visajes, manoteos, giros sobre sí misma, mordiscos, sollozos, un par de bofetadas al aire, gruñidos, regaños, miradas cómplices, miradas coquetas, miradas feroces, secretos dichos al oído del micrófono, puños a la cintura, ires y venires de un extremo al otro del escenario –ires y venires de diosa antillana sobre la superficie revuelta del océano--, conmocionaban los lugares donde Olga Guillot, más que cantar, se daba, mientras los noctámbulos, perplejos y encandilados, se olvidaban de beber, de fumar, de abrazar a sus parejas, espantaban a los camareros, aplaudían frenéticamente, vociferaban elogios y eran presa de la más ruidosa de las desazones cuando aquella fuerza de la naturaleza cubierta de lentejuelas hacía un falso mutis sólo para oír, pícara, cómo el auditorio, en pleno, rugía, saltaba de sus sillas, demandaba su regreso al escenario y hasta las lámparas del local, desveladas, tintineaban rogándole que no se fuera, que no cesara de cantar.


Saber que Olga Guillot vivía, verla en televisión, escucharla en la radio, encontrarla en el vestíbulo de un teatro o en un restaurante repleto de compatriotas que la piropeaban y le agradecían tantos ratos de dicha, esperar que, alguna vez, Olga pudiera regresar adonde siempre anheló y debió regresar, y cantar allí, ¡allí, para todos!, los de aquí y los de allá, que por ella y en ella hubiéramos sido uno, eran algunas de las razones que nos animaban a esperar tiempos mejores, a pensar que el futuro aún estaba por delante, y que ese futuro nos resarciría de tantos años de desolación.


Hoy sabemos que el futuro ya pasó; que el tiempo que nos queda por vivir, además de achicarse, nos presenta un panorama cada vez más extraño que el que, ilusos, previmos; y de aquella legión de cubanos viejos, de cubanos íntegros que, hasta ayer, nos repatriaban con su sola existencia, ¿cuántos nos quedan? ¿Qué nos queda? Ni nosotros mismos, sin ellos, somos ya nosotros. El palmar se nos ha vuelto páramo.


Miami es otro. Cuba es otra. Olga Guillot ha muerto. Ahora sí que estamos en el destierro.

Orlando González Esteva


15 de julio de 2010

16 de julio de 2010

¿Qué le ocurrió al periodista Allan Villafaña?

Recursos que despilfarra la televisión hispana. Corresponsal en campos de batalla ahora habla con Walter Mercado.

¿Qué le ocurrió al periodista Allan Villafaña?

Justo J. Sánchez


Al mudarme de Miami me quedó la alegría que Allan Villafaña se marchaba a Ohio State University. Estudiaba periodismo en un centro académico  destacado en ese campo. Tuvo altas calificaciones y buenas recomendaciones. Le perdí la pista hasta que trabajando en Telemundo encargó hacerme una entrevista en Nueva York. Recuerdo comentarios de colegas que Allan se había distinguido como corresponsal de guerra. Estuve en su lente al coincidir durante una visita que hacía Bill Clinton a Miami donde fui invitado. Me hizo preguntas directas sobre la recién publicada biografía del ex mandatario y las condiciones imperantes dentro del partido Demócrata.


Siento el teléfono y al contestar reconozco la voz de una de mis fuentes del acontecer mediático, léase chismografía. Jadeaba: “pon la Mega”. Efectivamente, en “Paparazzi”, el colmo en periodismo rosa, figuraba el egresado de Ohio State. No lo llamé. Pensé que era la opción más prudente. En una gran depuración, instalaban a Fernando del Rincón de presentador y acepté ser entrevistado. En el primer encuentro hablé sobre la visita a Estados Unidos de músicos residentes en la isla. En una segunda ocasión sobre el tema de las falsificaciones en el arte cubano. Villafaña no funciona como el corresponsal que con sonrisa y cara bonita se sale de cualquier entuerto. Tomaba en serio su reportaje, siempre lista su labor investigativa. Antes del intercambio en cámara sólo se coordinaba el orden de sus prioridades informativas. Se hacía la toma rápidamente para no perder espontaneidad. Nunca fue necesario relatar de nuevo los puntos esenciales de la nota como tantas veces he tenido que hacer con otros reporteros.

Que Allan Villafaña se quede como comentarista en un programa como el aberrado “Paparazzi” es indicio de cómo van las cosas en la televisión hispana. La MEGA se distingue por disparates como “Implicados”, traer a sus cámaras a Poncho de Anda (que no anda), a Bayly haciendo descarada propaganda a los Republicanos para ganarse “ratings” cubanos, a la seudoibérica Ana Remos, lamiendo botas a los parvenús miamenses. La MEGA permite a María Elvira Salazar, megalómana, sacar al aire malas palabras sin el sonido electrónico que requiere la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC por su sigla en inglés).


“Paparazzi” sigue la línea de "Mr. Balsero", Alexis Valdés, en un tipo de espacio que copia lo más tóxico de la oferta norteamericana para llegar al populismo rentable. Los genios de programación y la gerencia son incapaces de ver más allá de sus narices. En su mundo hay dos opciones: o culebrones en lata o música, vulgaridad y cubanas contoneando sus caderas. ¿No existe creatividad dentro del mundo televisivo hispano?


Allan Villafaña tras discutir con Walter Mercado (¿será Carolina Herrera?) cómo se le “aspectan” (vocablo que no existe) las cosas a los faranduleros, merece hacer periodismo, pero periodismo de verdad. Que la MEGA lo mande a entrevistar a Al Sharpton, a seguirle los pasos al enfermizo anti-Hispano Lou Dobbs, a visitar algún Ayatolá en Irán, a sacarle alguna confesión al hijo de Muammar el Gadafi. Por su sensibilidad humana, Villafaña es el candidato idóneo para curtirse en el polvo de Africa, los campos de batalla de Afganistán, los barrios pobres de Iberoamérica, en la destrucción de Haití. Su madera como persona –el entronque profundamente cristiano de su madre y hermano- le mantendría el ponceño sencillo de sonrisa amplia. No estaríamos en presencia de una prima donna estilo Jorge Ramos.  Si se dieran los factores adecuados para su cambio de dirección ¿podríamos ser testigos del desarrollo de una versión en potencia del joven Dan Rather hispanohablante?

La miopía de los medios en español no explotan sus recursos ni exploran posibilidades. ¿Por qué no hay conversaciones con personas importantes angloparlantes? ¿Por qué no hay entrevistas donde se hacen preguntas desafiantes al interlocutor? Se desconoce el corte de corresponsal que investiga a fondo y denuncia. ¿En esta tradición subdesarrollada no puede existir un Sixty Minutes? Eso sería en CBS. Estamos hablando de MEGA y ni con cola se pega.

15 de julio de 2010

Ready for my Close-Up

Las dos Norma Desmonds: la de 'Sunset Boulevard' y la de La Habana

Ready for my Close-Up
Justo J. Sánchez


Fue tan teatral como un artificio deus ex machina. Su presencia era materia de especulación por la evidencia indirecta que alegaba reuniones con jefes de estado y las febriles “Reflexiones” que publican Granma y Cuba Debate. El pasado fin de semana Fidel Castro realizó una visita a un centro científico en La Habana. Investigaciones científicas y Cuba son una contradicción de términos. El lunes hizo su aparición el octogenario en el programa “Mesa Redonda”. La comparecencia televisiva pudo haberse transmitido en pantallas gigantes por toda La Pequeña Habana, diversión veraniega, un Sunset Boulevard Ha/bananero.

El líder cubano que en otra época mostró aptitud por el rito y la representación dramáticas, ha perdido la técnica y concepto del personaje. Queda ¿auto parodia? una cruda máscara o arquetipo sobreactuado del cine silente. El arsenal  teatral se reduce al uso del dedo índice, las pausas prolongadas, los ojos fuera de sus órbitas (efecto Norma Desmond) y los movimientos de brazos y ojos en coordinación rítmica. La edad le ha robado dos recursos fundamentales del buen actor: memoria y voz. Y por ello el efecto risible de un déspota prepotente hojeando pliegos, dedos ensalivados, dientes postizos que apenas se sostienen dentro de la boca, buscando afanoso algún dato o cita, batallando por mantener el hilo de la conversación.

A Norma Desmond Castro la prepararon para su close-up. Estaba bien peinada y maquillada. Así todo, como en Sunset Boulevard, no lograron esconder el estado depauperado que por todos lados se vislumbra. Las mesitas improvisadas, la escenografía rudimentaria, el compañero entrevistador. Todo  se percibe y huele a decadencia, sostenido apenas por la demencia de una  estrella sobreactuada perdida en la memoria.
http://www.youtube.com/watch?v=Wb2rs68gen8&feature=player_embedded
 

10 de julio de 2010

¿Por qué pierden la batalla?


¿Por qué pierden la batalla?

Justo J. Sánchez


Me acaban de enviar un enlace que enumera las víctimas del Che Guevara, ícono de revolucionarios. La idea es genial para desmitificar al ídolo de rebeldes de café. ¡Qué lástima esté escrito por cubanos! Aquí la presentación:

“Ernesto Che Guevara no fue ningún abanderado por los derechos de los menos afortunados. Su lucha y sus aventuras guerrilleras sólo se basaron en ideas totalitarias comunistas que puso en práctica en Cuba y trató en Bolivia. Seguidores inspirados en esas ideas equívocas por toda América Latina, han desangrado a varios países aun después de su derrota y muerte, como en la Argentina, Colombia, Bolivia, Chile, Guatemala, El Salvador, Perú etc.  Esta página está dedicada a sus víctimas en la Fortaleza de la Cabaña en los primeros meses de 1959, cuando llegaron al poder, utilizando el terrorismo y contando con la ayuda de los liberales del Departamento de Estado, la Unión Soviética , los tontos útiles cubanos y latinoamericanos como del periódico New York Times.”

Ni un aviso pagado por la revolución cubana llegaría a tener el mismo efecto de repulsión ante lo denunciado. Esa retórica hace del exilio cubano el hazmerreír en los ámbitos académicos, políticos y periodísticos. El que lee la verborrea puede reprochar al Che no haber utilizado los métodos batistianos de administrar aceite de ricino (Palmacristi) para purgar a estos seso-hueco. ¿Por qué no dejar que la crueldad del tanguero trasnochado hable por sí misma? ¿Por qué permitir que la Izquierda de consignas haga de Ernesto Guevara un personaje quijotesco, un James Dean hispanoamericano?

Sinónimo es el exilio cubano con la inmadurez política. Tomemos de ejemplo a la seudoparisina Zoé Valdés. Presenta un libro sobre Rafael Díaz Balart, Ministro del Interior del corrupto Fulgencio Batista (inscrito por cierto en su partida de nacimiento como como Rubén Zaldívar). El bastardo de Banes (el mismo pueblo de Díaz Balart) daba protección en Cuba y recibía compensación de figuras como Lucky Luciano y Meyer Lansky. La soez Valdés parece estar a la venta. Ni el programa Rosa Blanca ni la denuncia que formulara a su cuñado en el Congreso libraría a Rafael Díaz Balart de su carga como ministro de un golpista que prescindió de elecciones tal como el otro bastardo de Oriente que le siguió en el poder.

Mucho tiene el cubanoamericano que aprender del periodismo anglosajón. La documentación, imágenes, el montaje, producción y edición bien pensadas hacen holgar la palabrería. Si el exiliado se ha dejado robar su tribuna no es culpa del Departamento de Estado, ni el New York Times, ni intereses creados, ni la infiltración (que pueden tener su lugar). El exiliado, su incoherencia, histrionismo, protagonismo, falta de capacidad para la negociación crean un cerco alrededor de su trágica historia de abusos y dictadura.

La selección de audiencias para relatar su experiencia (en Miami predican al coro), la afiliación al elitista partido republicano que al final sólo ha utilizado sus votos, la separación de otros grupos hispanos y minorías, la paranoia y el estilo sermoneador garantizan su aislamiento. El cubanoamericano, aprovechándose de una coyuntura histórica de la Guerra Fría, goza aún de un status migratorio privilegiado. Ni las acciones terroristas de las FARC en Colombia, ni la inestabilidad y pobreza en otros países iberoamericanos, ni la dictadura de Chávez se han traducido en una apertura de fronteras tal como la que goza este grupo. Reciben asilo político al llegar a Estados Unidos sólo para atestar el aeropuerto de Miami en vuelos de regreso a la metrópoli represiva, fresca aún su tarjeta de residente. Con vuelos llenos a La Habana y otros destinos en la isla pretenden prohibir a los verdaderos norteamericanos la posibilidad de viajar que goza con impunidad este grupo minoritario. Reciben ayuda gubernamental de los contribuyentes al llegar al exilio sólo para pagar precios de Ritz, Place Vendôme a su regreso a la dictadura castrista. Nada de esto le consigue aliados.

El exilio histórico, en vías a la extinción, no cambiará sus métodos. El “nuevo exilio” no es político sino de oportunidad económica y rara es la voz detractora que con fuerza moral y peso intelectual podrá surtir un efecto internacional. El ejemplo de Las Damas de Blanco, los presos políticos, las mujeres, los blogueros, los valerosos que sufren huelgas de hambre han logrado más que todos los columnistas de El Nuevo Herald, pensadores y analistas que abarrotan los programas de “Maria Elvira Dead”, “A Manos Llenas” y los botelleros de TV Martí que no se ve. El simbolismo de esta estación cuyas emisiones no se ven es como la piedra de Sísifo que caracteriza los esfuerzos del exilio cubano.

El darwinismo del mercado y la fuerza de los años se encargarán de apagar a Pérez Roura y Ninoska. La Fundación Cubanoamericana rebosante de histrionismo en su tiempo será un asilo de señores bien. María Elvira y Oscar les quedará un tiempo para entretener con el último espía y la información rosa de cómo vive Fidel Castro y las novias de sus apuestos hijos. María Elvira ostenta hasta malas palabras en el aire, batalla por “ratings”. Mientras tanto, la crónica de la crueldad no se perderá gracias a algunos valerosos que desde Cuba constituyen un ejemplo de cómo narrar con valentía y dignidad.