26 de enero de 2011

Respuesta del partido café espresso a la alocución “El estado de la Unión”


Comentadores al discurso del Presidente: el entrenador físico Paul (P.D.) Ryan y el Gólem Michele Marie Bachmann, deficiente en historia.

Respuesta del partido café espresso a la alocución “El estado de la Unión”


Como los Republicanos y consumidores de té ocupan la palestra para esbozar sus reacciones al discurso presidencial, los aficionados al espresso buscamos un lugar en el debate.



El Presidente Obama encara graves retos, herencia y saldo de corrupción y  miopía en las áreas de energía, infraestructura y educación (reentrenamiento laboral). Su programa presupuestario debe de hacer frente a las necesidades de un país en crisis y transición. Con la mayor sutileza ha de sosegar a los creadores del déficit durante la gestión George W. Estos Republicanos se han redefinido ahora como los fieles custodios de la responsabilidad y balance fiscal. Son esos mismos Republicanos que buscan disminuir las entradas al tesoro público rebajando impuestos al segmento más acaudalado de la sociedad. Sí, a aquellos cuyas empresas llevan años produciendo en India, en la China o en el Sureste de Asia. Recordemos que el incremento racional de la eficiencia no conoce de sentimentalismos o nacionalismos.


Reagan, profeta de santa memoria, Bush, Clinton y Bush II afligidos por una visión a corto plazo y vendidos a las prioridades de Wall Street (cabilderos y grandes contribuyentes) nunca se plantearon las transformaciones necesarias para competir en una economía posindustrial y global. La crisis en los mercados financieros e inmobiliarios hace que la mejoría no se traduzca de inmediato en una reducción en la tasa de desempleo. Estas sutilezas están fuera del alcance de Paul (P.D.) Ryan, secuaz de la National Rifle Association y conocido por sus “P-90X workouts”, el sistema de ejercicios físicos en el que basa su popularidad parlamentaria. Michele Marie Bachmann, que ofreciera la versión de los bebedores de té, es un gólem disfrazado de mujer. Más aún, aquel electorado norteamericano que salió de su letargo cerveceado para escuchar cinco minutos del discurso y regresar al canal porno o al béisbol se pregunta: ¿quién es el “Joker”? Si, ¿quién es aquella figura a la derecha de la pantalla, sentado junto con el Vice Presidente, asquerosamente maquillada, salida radioactiva de una cámara bronceadora? El norteamericano es muy torpe para saber las funciones del coro en el teatro griego pero los visajes de John Boehner eran comentario exagerado a la trama escénica. Muy dado al lloriqueo, ¿no se preocupa estropear el maquillaje? Sin detenerse mucho en el “Joker”, sus cosméticos y afeites, volvió la teleaudiencia a lo que importa: el pollo frito, la cerveza, los “chips” y los deportes. Total, dicen los Birthers que ese negro que habla tanto es musulmán y no se sabe si es americano. “Hey, man, bring me a cold one out of the fridge.”


Joe Biden y el 'Joker' escuchan al Presidente Obama

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