El poeta Richard Blanco y el Reverendo Luis León, en la Toma de Posesión del Presidente Barack Obama |
AGRADECEMOS A LOS COLEGAS DE CUBANET.ORG POR PUBLICAR LA PRIMERA VERSION DE ESTA NOTA
Hoy cayó el muro del
silencio
A mi Lolita. Fuiste modelo de respeto neoyorquino en las diferencias y cubanía en el cariño. Dejas un gran silencio y a dos hombres en el triunvirato de por las tardes. Algún día vendrás conmigo a
Caibarién, anidada en mi corazón.
Durante muchos, muchos años, los Díaz Balart, Ileana
Ros-Lehtinen y la generación Mas-Canosa hicieron soliloquios con la voz de los
cubanoamericanos. Durante muchos años la Izquierda norteamericana, la prensa y
las estructuras del poder “Latino” se contentaron con el estereotipo. Definían
al cubano como gritón Republicano. Demócratas y Republicanos -sin diferencia- vieron
en el Versailles al centro neurálgico de la experiencia cubanoamericana.
Nuestra historia no tuvo matices. Se relató en blanco y negro.
Fuimos muchos una minoría silente: progresistas,
pluralistas, en lucha por evitar prejuicios, gays, lesbianas, afrocubanos,
artistas marginados, maestros, poetas, los pobres, inconformes y excluidos. Ni
nuestros hermanos “Latinos” ni la Izquierda nos dieron puesto en la mesa. En
las artes nos usaron a medida que viajáramos a Cuba -nos reconciliáramos- para legitimarnos
y traer mercado. En el mundo académico la postura moral de mi profesor Juan
Marichal en cuanto a la España franquista no era posible con Cuba. Los viajes a
Casa de las Américas o la Bienal de la Habana son siempre bien vistos dentro de
la industria cultural. Ciega permanece la intelligentsia a la mordaza con los
periodistas y escritores desafectos que no tienen acceso a la Red, no podían viajar
libremente hasta hace escasamente una semana y que son objeto de acoso policíaco
arbitrario. La duplicidad u ofuscación se borra con un mojito y una jinetera.
Barack Obama mostró al mundo la diferencia. El mismo
día que habló de Stonewall otorgándole la misma dignidad del “Domingo
Sangriento” en Selma, Alabama, dio entrada al panteón literario americano a Richard Blanco,
poeta gay cubanoamericano.
Richard hizo una proclama a la unidad, somos “uno
hoy”. Nos recordó que “somos un cielo, hacia donde a veces levantamos los ojos”.
Sutilmente Blanco nos llama a alzar nuestra vista en la búsqueda de la armonía
y la unión. El primer
presidente afroamericano nos dio la lira en la tribuna presidencial y nos pidió
bendecir el acontecimiento. Con poesía y oración nos abrieron la boca y nos dieron voz.
Nuestra palabra y nuestra invocación dieron testimonio de cómo la justicia
rompe el silencio. “We Shall Overcome”
“Venceremos” y ciframos nuestras esperanzas en un mundo de posibilidades de igualdad y equidad los segregados como Luis León, niño Pedro Pan. Con Richard y el Reverendo Don Luis nos pusieron
en la tribuna presidencial a los cubanos que no somos Republicanos, los que, pobres,
no tenemos acceso al poder. Nuestra condición nos cierra las puertas de las galas recaudatorias de ambos partidos, sí, ambos. Con el poeta y el reverendo
estamos los gays, los pacifistas, los afrocubanoamericanos, los que creemos aún en el arte sin prostituirnos, ni “reconciliarnos”
con dictaduras, los “Occupiers”, los excluidos por los ricos. Somos los que tememos miedo a los acaudalados que nos excluyen, terror
a mancharnos con la desgracia de la soberbia. Somos los que admiramos la poesía que mora en la humildad. Somos los doblemente exiliados.
Fue una
linda mañana donde se nos instaba a la acción cívica en colectivo. Se instalaba reelecto un presidente afroamericano el día que conmemoramos la
figura profética de Martin Luther King. Se nos exhortaba a una dura encomienda: ser faros de integridad. El Doctor King no compró la igualdad
ni la hizo valer con cabilderos. La fuerza y la convicción en el peso moral de los derechos civiles les hicieron realidad. Callamos por mucho tiempo pero hoy nos pidieron
nuestra lírica y nuestra plegaria. Somos todos "uno hoy" y estamos aquí y ya no nos van a callar. No
nos van a callar.
Mahalia Jackson, "We Shall Overcome"
2 comentarios:
Justo:
Tu escrito me conmovió. Sí, estamos en la misma onda, pero la tuya tiene el sello indescriptible de la sofisticación semántica y la generosidad de tu alma. Me honras con compararnos. Mi vocabulario es de palabras de a centavo, el tuyo no es solo rico, elocuente y poético, si no exacto. Pero definitivamente vamos por el mismo camino y te repito, para mi es un honor. Felicidades a nosotros por el triunfo de ayer, que es el principio de lo que está por venir en nuestra realidad, esta vez
sin consignas absurdas. R.
Justo: Como sabes la perspectiva europea de la emigración cubana es más compleja. Estás al tanto de los “75” que hemos tenido en protesta frente a Exteriores. En España –bien nos conocemos- no sólo está tu familia y tantos que vinieron prácticamente como hijos de repatriados en los sesenta y setenta pero ahora tenemos los “nuevos españoles” cubanos. También viven los que han decidido casarse con turistas iberos. Las perspectivas o motivos de emigración varían mucho por lo que no es tan fácil discernir dentro de una comunidad tan heterogénea. ¿Quiere el cubano-europeo señalarse como exiliado? ¿Quiere un espacio para la denuncia? ¿Busca simplemente un espacio de diferencia cultural? / Se te espera, Gonzalo
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