15 de febrero de 2014

Arrodillada: ¿Dónde está la paz en Venezuela?


Un ejemplo de disidencia pacifista



Arrodillada: ¿Dónde está la paz en Venezuela?




La represión del chavismo contra la juventud universitaria encuentra respaldo oficial con Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Cuba. Las mujeres como la que presentamos en este video y la diputada María Corina Machado dan un paso decisivo contra la arbitrariedad y la censura patriarcal. Blandiendo el pacifismo y el pluralismo desafian las armas de los soldados bolivarianos, los colectivos y los Tupamaros. Los estudiantes cuestionan las doctrinas, la mujer abraza el misterio de la alteridad y se alza contra los que asesinan universitarios, sacerdotes y enculan, literalmente, con rifles a los adolescentes. El chavismo penetra -sodomiza- con violencia machista a los que osan cuestionarlo. 


Durante el movimiento "Occupy", los jóvenes estadounidenses y europeos  dejaron establecido que existe aún una conciencia cívica y moral en Occidente.  Las universidades son los núcleos de debate y replanteamiento sociopolítico. Sucede ahora en Venezuela. Incomodan en este caso a los caudillos disfrazados de "progres". Ocasionan molestia a la burocracia intelectual establecida, la industria cultural de la Izquierda. 

Ante el vacío creado por la caída del bloque soviético, los satélites de La Habana vendieron su retórica anti-yanqui a un aparato intelectual machista,  mayormente desgastado, sediento de legitimidad.  Richard Gott (periodista expulsado de The Guardian y ex agente de la KGB), Greg Grandin de la Universidad de Nueva York, Oliver Stone y Tariq Alí de Verso Books y el New Left Review se afanaban en búsqueda de héroes míticos que, quijotescos, se rebelaran contra el Imperio. Buenos comerciantes, sabían que estos coloridos personajes eran un espectáculo entretenido. Aseguraban buenas ventas, status y permanencia en sus trincheras ideológicas. Se colocaron como teóricos de un circo. Fue Tariq Alí quien en competencia de necedades con George W. Bush, declaró a Cuba, Bolivia y Venezuela como "el eje de la esperanza".  Grandin, profesor de historia en NYU muestra en su sitio web al caudillo venezolano recomendando su libro Empire’s Workshop.  El avalador fue un populista que dejó a sus familiares una fortuna de 2.000 millones de dólares en su paso de teniente coronel a Presidente. Los herederos se colocan entre Lorenzo Mendoza de la Polar y Juan Carlos Escotet. Chávez con su gran conocimiento y manejo del idioma inglés hace la recomendación bibliográfica risible. Grandin es como el adolescente americano que se toma una foto o logra que una estrella de Hollywood se retrate con su libro.

 Es así mismo cuestionable la aseveración del brooklinense en The Nation que Chávez dejaba atrás “lo que puede calificarse la nación más democrática del Hemisferio Occidental”.  Las democracias en Canadá, Chile y Costa Rica se desaparecieron de las Américas para Grandin. Una nación dueña de la poderosa empresa Citgo en el corazón del capitalismo yanqui no es “the last global bastion of the Enlightenment left (sic)” el último bastión de la Izquierda ilustrada como alega en su artículo en The Nation. No lo es un gobierno que permite al caudillo y a sus oligarcas acumular miles de millones de dólares en cuentas extranjeras y comprar propiedades en la ultraconservadora Miami. Puede por el contrario antojarse un bastión de corrupción cuando establece redes con los narcos de Colombia como lo vimos en el caso del “Turco” Makled. No es ilustrada la nación que niega la posibilidad a los sindicatos y, como condenara Noam Chomsky, apabulla el poder judicial independiente en el caso María Lourdes Afiuni. No lo es cuando el Partido Socialista francés critica su récord de cierre de estaciones de radio, periódicos independientes y multa a canales de televisión críticos al sistema. Sin manejar estadísticas, estos ideólogos poco rigurosos no observan que con el alza del precio del petróleo la bonanza no se tradujo en un descenso sustancial en el índice de pobreza ni de desempleo. El chavismo sin embargo logró bajar la producción total de barriles de petróleo por día, incrementar la deuda nacional, cosa inaudita, ocasionar estrecheces de alimentos y hasta de energía en un país petrolero. Paulatinamente se fue registrando una inflación que ningún sistema de ayuda a la población puede subsanar. La crisis ha llegado a tal magnitud que la revista Smithsonian informa que entre los atracos que se reportan en Caracas, los cacos proceden hasta cortar y robar el cabello a sus víctimas, luego lo venden.


Las autoridades de Nicolás Maduro a empujones y sin orden judicial echaron de un avión a Leopoldo López, líder de un partido político. Expidieron luego una orden de arresto en su contra. La acusación: organizar una actividad protegida por la Constitución -marchar  pacíficamente-. A un poco más de 48 horas, la contrainteligencia allanó -y con armas de fuego- las oficinas de Voluntad Popular, destruyendo el sitio y arrestando sin causa a Darío Ramirez, concejal de Sucre.  La prensa norteamericana, sin ofrecer contexto, se refiere a López como "prófugo". Caracas ha expulsado a varios diplomáticos norteamericanos al manifestar su preocupación ante la muerte de estudiantes universitarios.  La OEA emitió también declaraciones sobre los acontecimientos. Alí, Grandin, Gott y otros apologistas de la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensas de la Humanidad con el veterano Silvio Rodríguez de vocero sienten la mano de la oligarquía y el "fascismo" en la crisis de legitimidad que enfrenta la quimera bolivariana. Su ceguera no les permite ver el rechazo estudiantil tanto a la decadente Cuarta República como a los ideales traicionados y los abusos de la Quinta. Los intelectuales y artistas no van a admitir lo comprobado por los periodicos europeos: tres agentes de la policia política (Servicio Bolivariano de Inteligencia) fueron responsables de la muerte de tres estudiantes el pasado 12 de febrero.  

La hegemonía yanqui sin duda puesta de manifiesto en Vietnam, Allende e Irak engendró una Izquierda institucional dogmática e inflexible. Nunca se sometió al autoanális. Se erigió como una factoría de modelos, patrones y retórica predecibles. A la venta: libros, conferencias, paneles. La recompensa: un mundo burgués donde existe la estabilidad de catedrático, analista o periodista de línea establecida. Nunca se plantearon -ideólogos Primermundistas- la complejidad de Latinoamérica y que el caudillismo populista no es una respuesta válida. No exploraron la posibilidades de experimentos colectivistas dentro de sociedades abiertas y liberales, el socialismo libertario, el anarcosocialismo, las plataformas del Partido Verde, los partidos laboristas escandinavos y los partidos socialistas y social-demócratas como los de Dinamarca que han tenido éxito rotundo en desarrollar economías mixtas. Los líderes súpermachos de gobiernos falocéntricos en América Latina son la solución que contemplan estas mentes varadas en la Guerra Fría, al menos son los que que más libros venden en su mercado.

La cobertura de las protestas venezolanas en los medios de comunicación Primermundistas es espejo de sus prejuicios hacia Hispanoamérica. La "edición" que hiciera The Chicago Tribune del primer cable de Reuters es sintomática de la tozudez editorial proclive al chavismo. La nación que ocupa el cuarto lugar entre los suplidores de crudo a los Estados Unidos se conmociona. Es a los dos días que se le dedica algo de atención editorial dando, por supuesto, prioridad a la ola de frío y a las olimpiadas.

Son menos los que han observado la mordaza impuesta por el gobierno de Nicolás Maduro a la prensa televisiva y el silencio del grupo Cisneros en reportar los abusos maduristas contra el derecho de libre expresión de los estudiantes venezolanos. Twitter ha venido a reemplazar a los medios tradicionales al documentar en vivo las fechorías de los colectivos,  comandos extraoficiales que ya suman más de cien. Por fin Gustavo Cisneros manifestó su apoyo al Presidente Maduro y como “quiere vivir en Venezuela” (¿traidor al Upper East Side?) dijo: “quiero contribuir de corazón con el Plan de Pacificación Nacional”.  El certamen de las mises puede ya respirar en paz. Osmel Sousa y su red de explotadores de la mujer pueden descansar tranquilos. Tariq Ali, Gott y Grandin han quedado del mismo bando del plutócrata Cisneros, mercaderes todos: unos vendiendo libros y revistas (Verso Books, New Left Review, Holt Henry), el otro un canal de televisión, un certamen de belleza y redes telefónicas. Los estudiantes, a diferencia de la izquierda institucionalizada y los oligarcas, tendrán la posición crítica de los abanderados europeos en el 1848, 1917, el 1968, los Indignados y el movimiento Occupy.