El Macho y su revolú
Comedia para los que consumen culebrones por los medios explotadores
"Mujeres pelean por Macho Camacho”, se lee en un titular del diario El Nuevo Día. Las cámaras de Univision y otras cadenas de televisión prontas registraron la escena de una de las viudas haciendo su entrada al velatorio. Enfurecida chillaba: “recojan a esta puta”. Para beneficio de la teleaudiencia hubo una intervención escénica inmediata por parte de la policía, los dolientes y los encargados de la funeraria. La joven Cynthia Castillo, mientras tanto, se expresaba: “soy la pareja fuerte del Macho y a la que no le guste que no se lo coma”. La madre del difunto explicaba: “esa muchacha es peligrosa, esa muchacha la policía la estaba buscando”. En una sociedad patriarcal, las mujeres enloquecen aún ante el hechizo del falo Camacho, tatuado con un unicornio. Frente al lente de los camarógrafos un antiguo pugilista y un promotor de New Jersey llegaban a un enfrentamiento físico por establecer cuál de los dos tenía mayor proximidad al difunto.
Mientras
que en las subastas neoyorquinas de arte latinoamericano, los artistas puertorriqueños alcanzaban
cifras muy respetables por sus obras, la prensa vendida al capital imperialista explotaba el “revolú” de los marginados. A Puerto Rico se le castiga por tener
una figura importante en el deporte. Puerto Rico puede producir salsa, reguetoneros, actrices de telenovelas, reinas de belleza y esos del 47% que reciben "welfare". El actor José Ferrer, ganador de un Oscar
por Cyrano de Bergerac, Justino Díaz,
barítono de ópera, el pintor Francisco Oller, alumno de Madrazo y amigo de
Cézanne pasan a un segundo plano. La tierra de Julia de Burgos, Luis Palés Matos y Enrique Laguerre ofrece puntaje y
entretenimiento. Ahora la propia prensa puertorriqueña se suma a la burla del que llamaron una gloria. No reparan
en el hecho que murió gracias a las paupérrimas condiciones sociales.
Cuando
un pueblo vive en la traición a los ideales de Eugenio María de Hostos y Pedro Albizu Campos y permitió
la ley 53 (la Ley Mordaza), no sorprende que los medios extranjeros y la
prensa nacional -vendida a los yanquis- exploten con impunidad a los pobres y
les vuelvan payasos. Un pueblo que vive en la ley 600, en la ambigüedad que
pertenece a Estados Unidos pero no es Estados Unidos, carece de
identidad. Permite a todos mofarse e injuriar con impunidad. Un pueblo que
permite la homofobia de “La Comay”, permite que utilicen a sus mujeres para hacerlas hazmerreir de los consumidores de culebrones. Aquellos que se han
prestado para que el velatorio de un humilde boxeador puertorriqueño
sea una comedia, son los mismos anexionistas que entregarán la isla sin mayor reparos a Estados Unidos, los que
permitieron que las Fuerzas Armadas hicieran de Vieques un infierno.
Que
aprendan en Puerto Rico el respeto propio. Que velen por la dignidad de los
pobres y no contribuyan a la
manipulación neocolonialista que quiere minimizar y hacer bufones de los hispanos.
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1 comentario:
Muy bien dicho Justo, es penoso ver algo así en la isla del encanto. Pero de nuevo "la mente del opresor se manifiesta en la actitud del oprimido" y nada podemos hacer.
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