31 de mayo de 2012

A la venta los derechos gay

La Castro fascina por las preferencias morbosas de su audiencia.
 En próximos shows deleitará al público con atuendo leather, látigos y tenazas.


A la venta los derechos gay
La visita de “Mariliendra” Castro



La visita de Mariela Castro Espín provocó una iracunda reacción en la comunidad gay cubanoamericana. Es muestra de sana inocencia o inmadurez política. Sin ser médico, la sexóloga fue invitada a un hospital californiano. Hizo una ponencia en el importante centro comunitario San Francisco Lesbian Gay Bisexual and Transgender Community Center. Sin ser figura académica pudo figurar como panelista en la Latin American Studies Association (LASA). Sin credenciales en estudios “queer” o estudios de género fue asimismo conferencista en la Biblioteca Pública de Nueva York gracias a los organizadores de la Colección Gay, Lesbiana, Bisexual y Trasgénero de la propia institución y la National Gay and Lesbian Task Force.



Recordemos un reciente escándalo. Según el periódico The Blade, un sondeo muestra que el salario promedio entre directores de estas organizaciones oscila entre los $180.000 a $300.000 más un per diem. Los ejecutivos de las instituciones GLBT se ven en la necesidad de organizar actos recaudatorios (fiestas de galas, premios de reconocimiento, “happy hours” y “mixers”) con el fin de sostener la estructura burocrática, mantener el nivel de gastos y atraer una mayor membresía que traiga legitimidad y estabilidad financiera. En término de eficiencia, la mayor parte del tiempo productivo se dedica a “development”, eufemismo para las labores de auto-permanencia y captación de nuevos socios.



Las organizaciones para la comunidad gay en Estados Unidos toman como modelo la empresa capitalista: crean una marca y un logotipo, hacen segmentación del mercado y se dan a la tarea de penetrar ese mercado. Utilizan los medios de comunicación, afiches, invitaciones, eventos, crean una imagen y envían un mensaje. Con mayor número de miembros, se hace más fácil obtener “grants” o subsidios gubernamentales que ayudan a su misión específica y permiten la seguridad de la burocracia establecida. Los objetivos van desde el cabildeo, asuntos legales, anti-discriminación hasta la prevención y cura del SIDA. Todo está perfectamente encasillado. Todo se soluciona con dinero, fiestas y premios. Apelan a la vanidad y al instinto de legitimidad social. Existe, de la misma manera, un sistema de clientela. Quien más tiene, más vale. Quien está afiliado a bufetes o empresas más ilustres, más figura en los “boards” o juntas directivas. Quien asegura mayor acceso a los políticos o a la prensa, más peso tiene. Cuanto tienes, cuanto vales. Una minoría desplazada y sin derechos funciona con los cánones elitistas y exclusivistas de la mayoría que los segrega. El esquema capitalista les otorga el perfecto sistema compensatorio para contrarrestar cualquier filo de rebeldía.



Y para estas empresas: ¿qué representa Mariela Castro? El boleto a la actuación de Mariela es presenciar a una diva, una “fag hag” extraordinaria (mariliendre o mariliendra en castellano), hija y sobrina de tiranos que hace la opción por los homosexuales y las lesbianas. En forma enfermiza, la comunidad GLBT norteamericana, obviando los abusos a las Damas de Blanco, los periodistas y prisioneros de conciencia, se aferra al “radical chic” de asociarse a una figura controvertida que trae publicidad y les remite a un país exótico y sensual. Dentro de la industria turística primermundista, Cuba se destaca por las excursiones eróticas. Muchos neocolonialistas gais han podido experimentar las delicias amatorias de los habilidosos “pingueros” isleños. Mariliendra Castro es la empresaria de los gais y se afana por erradicar la imagen de homofobia que creara las políticas machistas (purgas y campos de concentración) de su tío Fidel.



A diferencia del país que niega la visa de salida a Yoani Sánchez y bloquea las voces críticas, nuestro país tiene la libertad de acoger y dar foro a multitud de perspectivas. Un conversatorio legítimo cuestiona y somete los puntos de vista a escrutinio serio. No fueron así las presentaciones de la Castro. Sin mucho pensar, su posición anti-yanqui es título y credencial suficientes para hacerla aliada y escudarla de cuestionamientos. ¿Sería como traer a Rosita Fornés? No. La Castro fascina porque es hija y sobrina de déspotas, elemento que imparte morbosidad a su espectáculo. En próximos shows deleitará al público con atuendo leather, látigos y tenazas. En la comunidad gay coexisten la autoaversión y la necesidad de validación.



En los Estados Unidos sólo seis estados reconocen la unión de parejas del mismo sexo. La batalla para la adopción ha sido ardua lo mismo que para los otros beneficios correspondientes a uniones establecidas. La administración del Presidente Obama dio fin a dos fósiles del conservador Bill Clinton: el “Acto en Defensa de la Familia” y “Ni Pregunte-Ni Diga” en las Fuerzas Armadas. Los derechos civiles a los gais y lesbianas son aún campo minado.



¿Compraron nuestros hermanos afroamericanos sus derechos civiles a base de fiestas? ¿A quién cabildeó Martin Luther King? ¿Cuántas fundaciones y juntas directivas organizaron Ralph Abernathy y Rosa Parks cuando el boicot a los autobuses de Montgomery y tras las agresiones físicas a las que fueron sometidos? ¿Cuántas organizaciones gay promueven la desobediencia civil pacífica? ¿Cuántos estudiantes y jóvenes gay organizan -como en tiempos de nuestros hermanos afroamericanos- Comités Estudiantiles para la No-Violencia? ¿Cuántos han sido arrestados en Albany? ¿Cuántos han organizado manifestaciones como la de Birmingham? (No contemplemos los penosos desfiles y competencia de músculos que se organizan en Nueva York y Miami Beach.) ¿Cuántas marchas a Washington han organizado la National Gay and Lesbian Task Force, Lambda Legal Defense, San Francisco Center, New York Public Library GLBT Collection y las otras organizaciones que invitaron a Mariliendra Castro? Ni Abernathy ni el Reverendo Martin Luther King ni Rosa Parks ni William Anderson recibieron altos salarios por su misión moral ni se prestaron a adoptar los métodos de sus opresores. La comunidad gay norteamericana se vende, prostituta, al mayor postor.



1 comentario:

Unknown dijo...

Muy buen artículo! Esto amerita ser publicado en NYT en la columna de opinión, un buen tema para debatir y reflexionar! Es asqueroso y "asqueante" lo que cuentas sobre los "manejos" tras bambalinas de las asociaciones pro gay & lesbian... se que algunos dirán que la comunidad LGTB necesita adaptarse a los tiempos modernos que corren en la política para lograr cambios... es una débil excusa!! Porque desde Roma, la política siempre ha sido para muchos, un trasiego de influencias y poder, un contrabando sucio, duro y rudo, o sea no tiene absolutamente nada que ver con "practicas modernas", así que concuerdo contigo que no es necesario lograr cambios bailando al ritmo de la música del "circo" de moda y mucho menos, asociarse con "personajes de turbia realea" como la Mariela que de engendro de hippie rebelde en los '80s pasó a ser "embajadora cubana" por los derechos de los homosexuales, en un cambio tan brusco que todavía no me queda muy claro como fue, porque hace mucho tiempo que Mariela es Directora de CENESEX y no recuerdo que mientras yo vivía en Cuba y estaba su tío en el poder, ella usara su cargo y posición para luchar por los derechos civiles de los homosexuales cubanos, que desde 1960 son perseguidos y reprimidos ferozmente en una sociedad machista por excelencia, una herencia cultural que la "revolución" ayudó mucho a agudizar... entonces ¿que la hizo cambiar de pronto? ¿será que Mariela al igual que las asociaciones gays que mencionas también se ha sumado a las "practicas políticas modernas" y va viajando el mundo de invitación en invitación haciéndose la que aboga por los homosexuales cubanos a los cuales de regreso a casita no lleva soluciones de ningún tipo, ni siquiera un canapé de los cocteles? ¿será acaso que prefirió convertirse en una "jinetera gubernamental" enarbolando la bandera de moda que es la causa homosexual, que seguir siendo una hippie rebelde que la mantenía "encerrada" en la isla, al mejor estilo de muchos profesionales cubanos que "luchan" un viajecito al extranjero para agenciarse unos dolares, cuatro cacharros electrodomésticos y un bulto de "pacotillas" para toda su familia porque su salario en pesos cubanos no le permite esos "lujos"? ... no tengo nada contra Mariela, pero su repentina infinita bondad hacia los homosexuales cubanos, una minoría que en estos 50 años de "revolución" ha sufrido brutal discriminación y marginación, me resulta demasiado sospechosa!!... y como bien dices con tus ejemplos sobre el movimiento antiracial que se generó en los '60s, y que logró cambios significativos para los derechos civiles de los afroamericanos de este país, no se necesitan organizaciones "pomposas" con abultados fondos privados y federales, directivos prominentes a la cabeza de esas organizaciones e invitados de procedencia dudosa a eventos que después cubrirán las paginas de sociales de los diarios, para lograr cambios sociales, políticos y legales a favor de los homosexuales, solo se necesita la voluntad de querer cambiar las cosas y dos coj... para hacerlo de frente y sin descanso!!