3 de abril de 2012

¿Pero no ves que soy negra y vieja? / Justo J. Sánchez



¿Pero no ves que soy negra y vieja?



¡Es tan delgadita María Elena Alpízar! Conocen sus debilidades los agentes de del Ministerio del Interior, sufre de vértigo.  La sacaron a empujones de un auto de Seguridad y la abandonaron maltrecha en la Sierra del Escambray. Se encomendó a un santo y emprendió a andar rezando el rosario, contando con los dedos. Evitaba mirar los farallones. Perdió la noción del tiempo, seguía caminando. Se imaginaba lindar despeñaderos pero rezaba con más empeño. Parecía como si las plegarias ahuyentaran la percepción de la altura, el calor y la humedad. Al cabo llegó a una casa donde le prestaron auxilio. No se dejó amedrentar. A la semana ya estaba en sus actividades de periodista independiente.



¡Es tan delgadita! María Elena Alpízar, “ferida, molida y quebrantada” por cuanto "seguroso" hay en Cuba, no pierde su dulzura. Le han dislocado un hombro, quebrantado huesos y causado múltiples lesiones. Su voluntad y sonrisa siguen intactas.  Y sin embargo no se ha sumado a la casta de prisioneros políticos profesionales: proféticos, graves, sentenciosos. Al separarla de sus hijos y sus nietos, con más ahínco reanudó esfuerzos por crear una conciencia rebelde con las armas del pacifismo.

No creo que la Alpízar nos cite pasajes de  “La desobediencia civil” escrita por Henry David Thoreau, la ha vivido. Se le conoce como la mujer que bautizó a las Damas de Blanco.  Ha sido periodista independiente. Su labor en Cuba emana de una fuente moral profundamente cristiana, comunitaria, solidaria, todo lo opuesto al plan empresarial Saladrigas para la Cuba pos Castro. El capitalismo individualista es foráneo a la conciencia de María Elena. “¿Te presto un libro? ¿Lo quieres? Yo te lo doy”.

Haciendo historia, la Alpízar reflexiona que los golpes a las mujeres comenzaron a partir del 2000. Fueron recrudeciéndose. Relata un enfrentamiento donde le propinaron una paliza y la lanzaron contra un auto patrullero. Su respuesta al agresor: “¿no ves que soy negra y vieja?” Le habían descompuesto la cadera. El subtexto no articulado: el agente podía ser su hijo. En el enajenamiento político cubano, los hijos desconocen a sus madres y arremeten contra ellas. Junto al racismo que prevalece, los agentes de Seguridad rompen tabús universales. Los hombres, por lo general, no apalean a las mujeres, los jóvenes no atropellan a las personas de edad. Cuando la nación americana hace examen de conciencia ante la muerte del joven afroamericano Trayvon Martin, en Cuba dan golpizas por igual a mujeres blancas y negras, muchas de tercera edad y con total impunidad.
  
 
¡Es tan delgadita! No guarda amargura. No es santa –tiene chispas zalameras- ni santurrona. Critica severamente y justamente a Tom Wenski, Arzobispo de Miami por un comentario a su llegada de La Habana. En declaraciones al Canal 51 espetó que los cubanos esperaban de Ratzinger soluciones en tres días que les han evadido en 50 años de historia. Vamos a aplicarlo, Tom, al Beato Karol Wojtyla y a tu adorada Polonia. Claro que las gestiones y enfrentamientos que el Cardenal Glemp y el movimiento Solidaridad tuvieron con el Primer Ministro Jaruzelski amparados por el Papa se efectuaron en un país de gente blanca y ojos azules. Es muy fácil, Tom, predicar contra el marxismo en la Catedral de la Habana. Tu homilía podría arremeter contra el modalismo, el nestorianismo o el priscilianismo, cualquier herejía daba igual. Tú en el púlpito y el gobierno arrestando mujeres católicas.  Alguien dijo:  "Bienaventurados aquellos que han sido perseguidos por causa de la justicia, pues de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados seréis cuando os insulten y persigan, y digan todo género de mal contra vosotros falsamente, por causa de mí. Regocijaos y alegraos, porque vuestra recompensa en los cielos es grande, porque así persiguieron a los profetas que fueron antes que vosotros”. Tú rodeado de burguesonas miamenses comprando bisutería en La Habana Vieja y otras en la cárcel. Eso es cristianismo ejemplar.  

Todavía María Elena muestra la inocencia que no ha sido manchada por el exilio miamense. Es una mujer de convicciones. Físicamente revela el desgaste de años de zabuqueo. ¿Cómo se logra apalear a una persona como María Elena Alpízar? Nuestro país se crispa ante los detalles del campamento de tortura que el Secretario de Defensa Donald Rumsfeld hizo establecer en Polonia. Sádicos, el triunvirato George W-Cheney-Rumsfeld, fundaron áreas de “interrogatorios con técnicas avanzadas” en Abu Ghraib, H1 (con los británicos), Guantánamo y Europa. Si nos quejamos por las torturas a los alazanes árabes: ¿cómo podemos permanecer impávidos ante los horrores que se cometen con estas señoras
pacifistas? ¿Los derechos humanos son materia selectiva?
 
¡Es tan delgadita! ¿Quién se atreve a profanar esos bracitos delgados, esas piernas larguiruchas? Se ha puesto de moda la palabra reconciliación y se olvida la palabra justicia. La libre empresa, el mercado, los nuevos modelos económicos, los gordos financieros amparados por la fofa Iglesia pretenden barrerlo todo sin reparar en los reclamos de la justicia. Los que propinaron golpes a María Elena tendrán una epifanía y si no vienen a Miami al show de Oscar Hacha y María Elvira, se harán periodistas o serán los nuevos consumidores, empresarios e inversionistas en la Cuba Saladrigas.

¡Es tan delgadita! Sus brazos y sus manos merecen el beso agradecido.




7 comentarios:

Anónimo dijo...

Bella historia, Justo. Felíz regalo en mi 52 cumpleaños. Thank you.
César

Unknown dijo...

Totalmente de acuerdo con tus palabras!! Debemos denunciar alto y claro estos atropellos del régimen y contarle a todos, la historia de mujeres tan inmensas como María Elena Alpízar!!!... gracias Justico por compartir historias como estas!!!

EVA dijo...

Linda y conmovedora historia de una mujer de temple y agallas. Dios la befiga.

Gonzalo Garrigues de la Vega dijo...

Un amigo de Andalucía me pasó tu bitácora y esta nota en particular es conmovedora.

Tinta y Veneno dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Jorge dijo...

Bien escrito y valiente. Tú sabes... un abrazo.

Jorge dijo...

Buen articulo. Valiente, comparto la ira noble.